Alquilar una vivienda o piso para sacarle rendimiento, a veces se convierte en una pesadilla por los problemas que puede conllevar y en muchos casos hace que los propietarios desistan de intentarlo.

Vamos a tratar de dar unos consejos para alquilar una vivienda que pueden reducir los riesgos, y favorecer el negocio. Cuando menos, si sigues éstos consejos, reducirás mucho los problemas.

 

[dropcap background=»» color=»» circle=»0″ size=»1″]1.[/dropcap] Busca un inquilino fiable. Nos referimos a inquilinos con un perfil que a priori inspire confianza. Obviamente, este consejo para el arrendamiento de una vivienda por sí solo no es garantía absoluta de que así sea, pero es un comienzo. Siendo así, según las estadísticas, los matrimonios entre 35 y 45 años, y con dos hijos, serían el inquilino ideal.

Entorno familiar y tranquilo, que buscan estabilidad. Si los hijos son pequeños, deberán escolarizarse preferentemente en el barrio, lo que generará arraigo en el inquilino, y por tanto alejará la tentación de marcharse.

 

[dropcap background=»» color=»» circle=»0″ size=»1″]2.[/dropcap] Redacta el contrato del alquiler por escrito. Aunque legalmente, se puede hacer un contrato verbal de alquiler, es muy recomendable redactarlo por escrito, a fin de dejar constancia de todas las condiciones que nos interesen. Un contrato escrito siempre evitará problemas futuros. Acude a tu Abogado de confianza y que sea él quien lo redacte e incluya todas las cláusulas necesarias.

 

[dropcap background=»» color=»» circle=»0″ size=»1″]3.[/dropcap] Solicita al inquilino referencias económicas. Estás en tu derecho, y es una forma de asegurar su solvencia. Pídele al inquilino que te facilite copia de su contrato de trabajo, y de su última nómina, y si es un matrimonio, también el de su pareja. Así mismo, que te acredite su nacionalidad y de ser posible, un certificado de empadronamiento.

Ello te permitirá conocer si tiene arraigo en tu ciudad, o si existe el riesgo de que cambie de localidad en un determinado plazo.

 

[dropcap background=»» color=»» circle=»0″ size=»1″]4.[/dropcap] Solicita un aval bancario. Esta condición no siempre es fácil, pero resulta esencial. Los contrato de alquiler suelen incluir una fianza por importe de uno o dos meses de alquiler, para cubrir posibles impagos y daños en la vivienda. Normalmente, dicha fianza resulta inútil si el inquilino deja de pagar y nos vemos abocados a un desahucio, ya que el procedimiento judicial puede alargarse durante muchos meses.

Para evitarlo, solicita a tu inquilino que te aporte un aval bancario por el importe de una anualidad de alquiler, y para cubrir impagos de rentas y daños en la vivienda. Ello te permitirá, por una parte, comprobar una vez mas su solvencia, pues si su banco le avala es porque es un buen cliente; y por otra parte, cubrirá suficientemente posibles impagos o desperfectos. Llegado el caso, sólo tendrás que ejecutar el aval y cobrar, con arreglo a lo que se deba.

 

[dropcap background=»» color=»» circle=»0″ size=»1″]5.[/dropcap] Asegúrate que los contratos de suministros de agua y luz vayan a nombre del inquilino. Hay propietarios que prefieren que dichos suministros sigan a su nombre para evitar tener que cambiar de nombre el titular cuando el inquilino se marcha, acordando que éste vaya pagando al propietario lo que consume, según las facturas periódicas; es un error, porque si el inquilino deja de pagar el alquiler, también dejará de pagar dichos suministros, pero seguirá consumiéndolos, con lo que ocasionará un gasto al propietario que, en determinados casos, puede ser muy considerable.

 

[dropcap background=»» color=»» circle=»0″ size=»1″]6.[/dropcap] Si se trata de un arrendamiento con muebles, es esencial que en el contrato de alquiler de la casa se adjunte en un anexo una relación detallada de los muebles y electrodomésticos que se encuentran en la vivienda, y si se puede acompañar un reportaje fotográfico de los mismos, mejor. Si, una vez resuelto el contrato, el inquilino ha dejado los muebles dañados, será esencial acreditar el estado en que se hallaban en el momento de firmar el contrato, para poder reclamar.

 

[dropcap background=»» color=»» circle=»0″ size=»1″]7.[/dropcap] En el momento en que el inquilino decida marcharse, ya sea a la finalización del periodo pactado, como si es anticipadamente, resulta vital documentar dicha resolución del contrato. Pídele a tu Abogado que te redacte un documento de resolución, en el que se haga mención de la entrega de las llaves. Si no consta por escrito dicha resolución, legalmente el contrato no estará resuelto y seguirá en vigor aunque el inquilino se haya marchado, y eso puede ocasionarte muchos problemas.

 

[dropcap background=»» color=»» circle=»0″ size=»1″]8.[/dropcap] Finalmente, procura mantener una relación fluida con tu inquilino. Interésate por sus necesidades y visítalo de vez en cuando. Conseguirás mantener una buena relación con él, y ello facilitará la solución de posibles problemas derivados del alquiler de la casa, así como la posibilidad de que el inquilino te permita visitar la vivienda periódicamente para comprobar su estado.

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